LOS CENTROS COMERCIALES
Nuevos Espacios Públicos para el Desarrollo Local
Implicancias Socio Económicas, Culturales y Territoriales desde la Sustentabilidad*
Para el arquitecto Louis Khan: el “lugar” es el sitio donde el hombre realiza sus actividades y en donde se manifiesta la esencia humana. El, mediante su obra muestra una paulatina reducción del entorno, la transición del ruido al silencio, de la luz a la penumbra, de las zonas publicas a las privadas, demostrando la preocupación constante por crear un lugar que logre el bienestar del hombre
Desde que escribí mi primer artículo en la revista COSTOS sobre el Parque Salazar y Larcomar en 1997, mucha agua ha corrido en esta querida ciudad de los Reyes. El número de Centros Comerciales se ha incrementado notablemente y también en el resto del país, convirtiendose actualmente en uno de los principales impulsadores del desarrollo de las ciudades.
El modelo americano del diseño del Mall, del que tuve la experiencia de conocer gracias a un trabajo que tuve en el año 2000 como "architect consultant" en la Compañía de arquitectos Leindefrost & Horowitz en California, especializada en este tipo de proyectos junto a mas de 60 arquitectos venidos de otras partes del mundo, pude comprobar como estas grandes edificaciones pueden originar una sobrecarga de tensiones e impactos de todo tipo si no son localizados y diseñados adecuadamente, con posteriores daños irreversibles al medio ambiente, asi como producir un cambio en las costumbres de un pueblo, crear impactos viales negativos, provocar crisis financieras producto del acceso a créditos fáciles por un exceso en el uso de tarjetas y hasta modificar zonificaciones de uso residencial a comercial por la aparición de clusters.
Ejemplos como la localización de un centro comercial en un balneario; en un espacio destinado a parque; cerca de un mercado tradicional distrital; o en un barrio tradicional que aun conserva sus típicas bodegas y en un Centro Histórico, puede crear crisis de valores y cambio en las conductas de las personas de maneras irreversibles, ya que hay que tener muy en cuenta, que al instalarse un centro comercial en un lugar no adecuado, se cambia la plaza publica, el parque, la caserita del mercado y el chino de la esquina como punto de reunión del barrio, por edificios que pueden ser impersonales, donde la calidad de vida dentro de la escala humana y su confort biológico se pierde, por un afán de imitar modelos de vida distintos al lugar.
Esto no quiere que la apuesta por los Centros Comerciales no sean validas, al contrario, creo que estos son elementos dinamizadores de la economía muy necesarios, pero siempre y cuando no alteren el delicado equilibrio de la ciudad como un ente orgánico. La solución para una vida feliz no es desplazarse en un carro para cubrir grandes distancias para encerrarse en una gran caja con luces, sino caminar, montar bicicleta, entrar a un café a hablar con sus amigos, o simplemente sentarse en un parque a ver los árboles. No por algo el reciente informe de la Comunidad Europea en Bruselas señala explícitamente: “Es necesario introducir cambios en las políticas de planificación urbana para obtener una mayor sostenibilidad, mezcla y diversidad, devolviendo a la ciudad su papel de animado lugar de encuentro para todo tipo de actividades a todas las horas del día”
Desde principios de la década del 90, son crecientes las críticas formuladas al sendero que esta tomando el modelo comercial en su disposición y asentamiento urbano-territorial en los países principalmente europeos
Ante esta situación los gobiernos locales en la recuperación de la creciente degradación urbana y territorial, asigna a los Centros Comerciales, un papel crucial para la reinterpretación del desarrollo urbano.
Con la transformación del modelo comercial hacia su concentración en grandes superficies en las periferias urbanas a pocos kilómetros de las ciudades - o en lo peor de los casos como esta sucediendo en pequeñas ciudades al interior del país- se puede llegar a la concentración de la oferta en manos de grandes grupos, sobre todo en el sector alimenticio. Originando inquietudes y reflexiones que trascienden largamente su dimensión sectorial.
La creciente tendencia a la degradación y desaparición del pequeño y mediano comercio al por menor de nuestros pueblos y ciudades, como consecuencia de la proliferación de grandes Centros Comerciales en las periferias, o proximidad de las ciudades, o peor aun en el centro de ellas dentro de una mala política de planificación urbana es una realidad que preocupa seriamente, y mas aun si en declaraciones de los promotores de estos CC en nuestro país afirman que aun faltan muchos por construir y que esto recién empieza.
La lectura según el punto de vista de un desarrollo urbano sostenible, promueve las ventajas de un modelo concentrado de comercio versus el modelo disperso dentro de las ciudades, siempre y cuando se cuente con el asesoramiento adecuado en los encargados de decidir que y cuando en los gobiernos locales, ya que estos pueden convertirse en grandes beneficiaros o perjudicados por una mala decisión.
Si hay que recuperar la ciudad para los ciudadanos, es reviviendo la ciudad, la rica vida urbana, humanizando la calle y los espacios públicos, y estos muy bien pueden ser los Centros Comerciales bien diseñados.
El comercio local da vida a la comunidad y crea lazos sociales gracias a su proximidad y que las convierte en un único lugar de encuentro, cumpliendo una función social irremplazable. Con la aparición de un Centro Comercial en un distrito, si no esta bien planificado y en concordancia con el desarrollo distrital y una zonificación adecuada, las nuevas formas de distribución espacial impuestas, al cambiar el uso del suelo, originarían un nuevo tipo de lugar publico que al remplazar al parque local tradicional, generaria una mayor movilidad comercial pero tambien un aumento del trafico vehicular, cambio en las líneas publicas de transporte hacia el lugar con sus respectivos paraderos y un declive económico en los comercios menores y tradicionales, ocasionando efectos negativos en la calidad de vida de sus ciudadanos.
Felizmente, como vemos en la actualidad se esta tomando conciencia del significado de la nueva forma de vida que representan los Centros Comerciales y sus implicancias culturales, socio-económicas, ambientales y territoriales. Cada vez mas, se encuentra en esta nueva forma de espacio publico un lugar de convivencia y distracción, debido a esto es necesario crear un compromiso por parte de los arquitectos y urbanistas para que no solo sean edificios para motivar el consumo, sino que también sirvan para el descanso y la cultura, y si es posible con abundancia de áreas verdes tan escasas al momento de diseñarlos.
Ejemplos interesantes como Larcomar (aunque cuestionado por mí en sus inicios por la desaparicion del Parque Salazar y su Concha Acustica)) o el Centro Comercial Plaza del Sol en Huacho, donde los proyectistas se han preocupado por crear espacios interesantes y malecones con vista al mar; o inversiones como el Centro Comercial Gran Caquetá donde se busca la participación de medianos y pequeños comerciantes y el Centro Comercial Plaza Norte muy bien ubicado, hoy convertido en un importante elemento de desarrollo del norte de la ciudad, son claros ejemplos de un buen aporte dentro de una adecuada planificación urbana
Es en este sentido que se hace necesario por lo tanto, el fortalecimiento de la función comercial de las ciudades y barrios, fomentando políticas que favorezcan un desarrollo sostenible y una mejor calidad de vida, utilizando planes que reduzcan la movilidad urbana, salvaguardando el tejido social y respetando la memoria histórica de la ciudad.
Como dice el Libro Verde del Comercio de la Comisión Europea:
“Cada vez es mayor el reconocimiento del importante papel desempeñado por el comercio en el mantenimiento de una vida comunitaria equilibrada, ya sea en el centro de las ciudades o en las tiendas de barrio, tanto en las zonas urbanas como en las rurales…Las tiendas grandes o pequeñas, dan vida a los centros de las ciudades y frenan la creciente tendencia a la desertificación urbana, que constituye el acicate para la delincuencia."
Un mal diseño o una mala localización de un gran Centro Comercial puede crear efectos negativos como:
- Contribuir a empobreces y simplificar la estructura funcional de pueblos y ciudades, reduciendo el comercio urbano y los equipamientos terciarios ya que afecta negativamente al ocio urbano, restaurantes, hosteleria, cines, etc.
- Consumir las mejores superficies de suelo enclavadas junto a los nudos de comunicaciones, que son escasas y necesarias para otro tipo de actividades mas interesantes
- Protagonizar a los espacios privados frente a los públicos, con riesgo de exclusión social
- Fomentar la dependencia hacia el vehiculo privado y general, elevando los niveles de trafico motorizado que sobrecargan la red, consumiendo recursos y dificultando la funcionalidad, generando costos ocultos no asumidos por la promoción de estas áreas.
- Detraer la inversión en los centros históricos, lo que dificulta la mejora de los núcleos urbanos tradicionales.
El conocido informe de la Comisión Europea “Ciudades Sostenibles” (Bruselas, Marzo 1996) denunciaba el peligro de la globalización para los valores culturales da cada localidad:
- En un mundo en que el comercio internacional y la mundializacion de la economía constituye la norma, la homogenización cultural supone un empobrecimiento, ante el cual los grupos sociales están reaccionando por medio de la búsqueda de productos culturales que reflejen las identidades locales y regionales.
- Se corre el riesgo de que modelos culturales internacionales modifiquen la identidad del lugar para sumirlo en un nuevo carácter anónimo
- Es esencial poner de relieve la identidad local por medio de la conservación y el fomento de la cultura y las tradiciones locales
- La excesiva homogenización característica de las grandes organizaciones comerciales (Malls) tiende a crear lugares anodinos sin ningún rasgo diferencial propio.
En cuanto a la ubicación de un Centro Comercial en la periferia, este puede originar un impacto a largo plazo en el desarrollo sostenible de las ciudades y en sus áreas verdes de reserva, sino esta bien dirigido, ya que motivaría a la construcción de nuevas infraestructuras para que el ciudadano pueda recorres estas grandes distancias (pistas asfaltadas, alumbrado publico y todo tipo de servicios complementarios), ocasionando un gasto innecesario a la ciudad.
Por lo tanto, el gran centro comercial va y debe cumplir en el futuro de los gobiernos locales y regionales, un papel importante como eje dinamizador de la economía, debido a la aparición de clusters en sus respectivas regiones además de otros efectos colaterales positivos. Esto conlleva a a los inversores y encargados de tomar las decisiones políticas y técnicas a comprometerse de no descuidar el frágil equilibrio ecológico, con una apuesta por un desarrollo sostenible, una mejora en la calidad de vida de su ciudadanos y el respeto por sus tradiciones.
* Los criterios de sustentabilidad presentes en los manuales para la redacción del planeamiento urbano proponen en general:
- Regular restrictivamente la implantación de nuevas áreas comerciales periféricas
- Restringir la implantación de nuevos equipamientos comerciales o de servicios periféricos, por su repercusión en el modelo urbano y la actividad comercial
- Implicar al urbanismo en el fortalecimiento del comercio urbano como factor clave de habitavilidad urbana y cohesión social o a través de:
- Integrar la dinamizacion del comercio con las medidas de calmado de tráfico, fomento peatonal y ciclista, mejora del espacio público, etc.
- Generar áreas de centralidad en los barrios, con la utilización del comercio como foco de atracción local
- Remodelar y modernizar los mercados municipales
- Tener en cuenta la actividad comercial en la planificación de los nuevos desarrollos, por ejemplo, propiciando la creación de ejes comercial
- Contemplar el comercio urbano en las políticas de revitalización integral y de fomento del comercio urbano.
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