lunes, 27 de mayo de 2013

HABITAR EL PATRIMONIO HISTORICO


INHABITING THE HERITAGE. Mutual-aid housing cooperatives as a means of urban and building management and development.
URUGUAY
Arq. Raúl Vallés + Arq. Daniela Árias + Arq. Marta Solanas Domínguez
RESUMEN
La experiencia de las cooperativas de vivienda por ayuda mutua constituye un referente internacional como modelo de producción y gestión social del hábitat.
En Uruguay, en los últimos cincuenta años, más de 25000 familias han resuelto el acceso y la permanencia a la vivienda mediante este sistema, que fomenta la posterior gestión y mantenimiento del conjunto.
La Casa de Lecocq, construida en 1874, está catalogada como Monumento Histórico Nacional. En el marco del Plan Especial de Ordenación Protección y Mejora de Ciudad Vieja en Montevideo, la Cooperativa de Vivienda COVICIVI II es un caso emblemático de restauración de un Monumento Histórico por parte de un colectivo de habitantes del barrio, de bajos ingresos y sin experiencia previa en rehabilitación.
Asimismo, es este grupo de vecinos el que habita el edificio, lo que lo convierte en un aporte a la ciudad en términos de patrimonio vivo, habitado y que como tal, sus usuarios muestran a quienes lo visitan como ejemplo de transferencia del modelo a la sociedad.
Es revelador en esta experiencia el proceso de apropiación popular del “hecho arquitectónico” y cultural  a través de la autogestión del proceso, el aprendizaje y la capacitación.

Palabras clave: Monumento Histórico, Autogestión, Apropiación, Cooperativa de Vivienda,  Ayuda Mutua.
El 25 de septiembre de 2010, la cooperativa COVICIVI II cumplió 6 años  habitada. En este tiempo, la finca valorada como patrimonial pero abandonada y en alto estado de deterioro ha recobrado vida gracias a sus vecinos, que hicieron posible su recuperación. Estas páginas pretenden ser un balance de la experiencia, surgida a partir del relato del colectivo social que lo habita. De esta manera y desde la perspectiva de los propios habitantes-restauradores, es posible valorar los resultados de introducir el modelo Cooperativo de Viviendas por Ayuda Mutua (en adelante CVAM) en un edificio catalogado como patrimonio histórico.
0. INTRODUCCIÓN.
El sistema cooperativo en Uruguay cuenta con más de cien años de antecedentes lo cual  lo convierte en un hecho significativo dada la escasa edad del país independiente. El Movimiento Cooperativo, reconoce en sus orígenes, evolución y desarrollo, una vinculación directa con los movimientos sociales en formas de organización y poder popular. Surgen con mayor consistencia hacia la década del 20, década en la cual se genera el marco normativo específico para este sector.
Es posible reconocer en el cooperativismo uruguayo algunos elementos coincidentes como la vinculación con organizaciones o gremios con una marcada pluralidad y autonomía y el rol determinante del Estado, tanto en su fomento como en la obstaculización de su desarrollo a lo largo de la historia.
El Cooperativismo de Vivienda, surge con tres experiencias pioneras en Florida, Salto y Río Negro en el año 1966, con el asesoramiento del Centro Cooperativista Uruguayo. En 1968 se aprueba la Ley de Vivienda (Ley 13.728), en cuyo Capítulo X se desarrolla y precisa el funcionamiento de las Cooperativas de Vivienda (CV) y se define la función y composición de los Institutos de Asistencia Técnica (IATs). Asimismo, se crea el Fondo Nacional de Vivienda, el cual preveía el financiamiento de proyectos estatales, privados o cooperativos.
Asimismo, se definen los distintos tipos de cooperativas, según dos clasificaciones: el régimen de propiedad y la forma inicial de aporte al financiamiento de las viviendas. Se establece así la posibilidad de la propiedad individual o colectiva (en esta última el habitante es “usuario” según un contrato de uso y goce ilimitado). Las CV podrán ser “por ahorro previo” o por “ayuda mutua” (en este caso, se aporta en horas de trabajo en la construcción de viviendas). En síntesis, las CV suponen la suma de los esfuerzos del Estado (que financia y supervisa) y de los habitantes, que aportan el trabajo o el financiamiento inicial así como la gestión del proceso; con el asesoramiento técnico de los IATs. Surgen también en estos años las Federaciones de Cooperativas de Vivienda, con el objetivo de aunar las demandas, necesidades y esfuerzos de las Cooperativas que se conforman. Así, en 1969 se crea la Federación de Cooperativas de Vivienda de Usuarios por Ahorro Previo (FECOVI) y en 1970 la Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua (FUCVAM).
Tras una etapa inicial activa y dinámica en la que se constituyen numerosas cooperativas y se construyen viviendas, sobreviene el período de la dictadura militar (1973-1985) que supuso un intento progresivo de minimizar la experiencia. Sin embargo, las CV se mantuvieron como un espacio para el encuentro, a la vez que mostraron en 1984 la potencia y profundidad de su arraigo en la sociedad uruguaya mediante el rechazo al decreto que pretendía eliminar la propiedad colectiva de las mismas. A partir de 1985, los sucesivos gobiernos democráticos definirán el presupuesto destinado a vivienda según un Plan Quinquenal, lo que supone una gran inestabilidad y una reducción evidente de la capacidad de producción de viviendas dignas en relación a los primeros años del CV. Por otra parte, en  Montevideo desde 1990 la Intendencia Municipal (IMM) pone en marcha una serie de iniciativas importantes: la descentralización llevada a cabo con la creación de Centros Comunales Zonales y sus Comisiones Especiales Permanentes correspondientes, la creación de una cartera de tierras e inmuebles municipales y las experiencias de reciclaje en la ciudad consolidada. Éste será el nuevo contexto para una nueva etapa de las experiencias de las CV.
Desde la dimensión socio-antropológica es posible afirmar que la CVAM se constituye en un ámbito de producción de una identidad cultural diferenciada, entendiendo la cultura desde el ámbito de su producción y no de su consumo. Esto implica que, mediante la reelaboración o la representación simbólica de estructuras materiales, se comprende, reelabora y transforma el sistema social y la lucha por la hegemonía.
La experiencia de las CVAM analizadas desde el concepto de “movimiento social urbano” elaborado por Castells agrega dos dimensiones a la mencionada anteriormente como dimensión cultural o construcción de una identidad cultural diferenciada a través de las relaciones comunitarias. Estas son: la apropiación de un espacio residencial y urbano en términos de valor de uso y la conquista de la autogestión política de base territorial; la primera en oposición al espacio urbano como valor de cambio y la segunda en oposición a la administración territorial centralizada por parte del estado.
Si bien se reconocen en este sistema heterogeneidades, es posible hablar de las CVAM como comunidad, “entendiendo como tal a un grupo con un sentido de trascendencia, basado en un sistema de valores comunes, no necesariamente derivados de las necesidades de la reproducción cotidiana”

1. CIUDAD VIEJA. LAS CVAM EN LA CIUDAD CONSOLIDADA.
“El futuro tiene muchos nombres, para los débiles es lo inalcanzable, para los temerosos lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad.
COVICIVI 1990-2010”.
“(…) Montevideo no escapa a la dinámica sufrida por la mayoría de los centros metropolitanos de Latinoamérica: en un proceso que lleva por lo menos treinta años, la mayoría de los barrios de las áreas centrales ha perdido población y calidad ambiental, junto a una progresiva tercerización y tugurización de su estructura física. Esto marca una aguda contradicción en el proceso urbano: por un lado, la existencia de sectores de zonas céntricas subutilizados y degradados; por otro una dinámica permanente de expulsión de la población de menores recursos hacia la periferia, donde su relocalización genera siempre altos costos sociales y urbanos.”
En este contexto, la ciudad consolidada, y muy especialmente la Ciudad Vieja, posee la estructura física y de servicios pasibles de ser intervenidos para la rehabilitación física y social. En este sentido, las experiencias de reciclaje se han asociado históricamente a otro tipo de tejido urbano más ligado a las áreas intermedias y periféricas, reservando la rehabilitación en el Casco de la Ciudad Histórica a edificios de un reconocido valor patrimonial, generalmente no vinculados al uso residencial. (fig.1)

En el marco de Programas Piloto demostrativos promovidos por la IMM, surge la posibilidad de introducir el modelo de CVAM en intervenciones de reciclaje en la Ciudad Vieja. Esta innovación supone modificar el esquema habitual a través del cual se habían venido realizando con éxito las cooperativas de “nueva planta”. 
El nuevo proceso fue un desafío para todos los actores. Para los habitantes supuso un cambio en el imaginario colectivo de vivienda propia tradicional de las cooperativas: unifamiliar en conjunto abierto, con espacios libres compartidos; con patio delantero y/o trasero, así como materiales y tecnologías de construcción propias de este sistema. Reciclar edificios existentes equivalía a modificar la tipología de vivienda y por tanto los espacios comunes obtenidos. Para los técnicos,  el desafío de diseñar y gestionar una obra en que los constructores no cuentan con experiencia previa, se hace aún mayor, por tratarse de edificios pre-existentes y con valor patrimonial.
“(…) estas experiencias partieron de una serie de pautas que permitieron precisar mejor sus objetivos y definir la metodología del trabajo a emplear: el no desplazamiento de la población residente, la recuperación y aprovechamiento de la estructura edilicia existente, que ya cuenta además con servicios e infraestructuras, la utilización de técnicas constructivas apropiadas y apropiables por la gente, para potencializar sus posibilidades de aporte de ayuda mutua, el apoyo y asesoramiento a la organización y autogestión de los vecinos involucrados en un marco de trabajo interdisciplinario amplio.”
2. PROGRAMA “LAS BÓVEDAS”. COVICIVI: COOPERATIVA DE VIVIENDAS DE CIUDAD VIEJA.
“Por el derecho de los vecinos a vivir en su barrio, COVICIVI recicla la Historia”.
La Cooperativa de Vivienda Ciudad Vieja [COVICIVI] se fundó el 25 de Agosto de 1990, a partir de un grupo de vecinos decididos a solucionar el problema de la vivienda sobre la base de su derecho a permanecer en el barrio en el cual vivían y según los principios del sistema cooperativo de construcción por ayuda mutua”
A partir de la conformación de este grupo inicial, comenzó un período de búsqueda de predios o inmuebles apropiados a las características y necesidades del grupo. Al fin, se trataría de una serie de fincas en una misma manzana, con frente a la Rambla  25 de Agosto, entre Ituzaingó y Juan Carlos Gómez. En los primeros terrenos asignados se desarrollaría COVICIVI I, en una segunda fase a partir de 1994, en lo que fue la casa de Lecocq, se desarrollaría COVICIVI II.
A través del relato de sus experiencias concretas y sus vivencias vinculadas al proceso de construcción y gestión de su propio hábitat, los vecinos rescatan los temas fundamentales: la apropiación del concepto Patrimonio y la gestión del mismo, la capacitación en autoconstrucción y en autogestión; la puesta en marcha de servicios abiertos al barrio y la gestión de un proceso de escala barrial.
LA APROPIACIÓN DEL CONCEPTO PATRIMONIO Y SU GESTIÓN.
Esta casa es de 1794. Nuestra cooperativa fue fundada en 1998 e inaugurada el 25 de setiembre de 2004. Se trata de la única cooperativa de viviendas por ayuda mutua instalada en un edificio que es patrimonio histórico, con el objetivo de recuperarlo y preservarlo”. (fig.2)
Como los habitantes señalan, COVICIVI II es el único caso en que una CVAM se desarrolla en un Monumento Histórico Nacional. Este hecho tuvo, al inicio del proceso y durante la obra, controversias y opositores. La resistencia fundamental se basaba en la desconfianza de dejar este patrimonio en las manos de personas sin experiencia en el terreno de la construcción y la restauración.
Para el Instituto HACER-DESUR, trabajar con el colectivo de vecinos los aspectos históricos de la finca y su entorno inmediato –aspectos físicos, urbanos, sociales- significó el primer paso de la capacitación. Los esfuerzos del equipo interdisciplinario estuvieron dirigidos en una primera instancia básica y fundamental, en alcanzar niveles de comprensión y valoración del espacio a reciclar, apostando no tanto a los aspectos estéticos, sino a las posibilidades de aprovechamiento espacial y material que supone trabajar en estructuras existentes consolidadas. Conforme avanzaron las obras al interior del conjunto, se fueron agregando nuevos elementos, nuevos aprendizajes de todo tipo, que posibilitaron profundizar en el conocimiento histórico y patrimonial del monumento y su contexto.
Al día de hoy, el aprendizaje obtenido por los cooperativistas de COVICIVI se evidencia en cada ocasión en que ellos abren sus espacios a los visitantes. Como habitantes de un sitio patrimonial, son plenamente conscientes del valor que implica para la sociedad y la responsabilidad inherente que a ellos les supone. De manera que las puertas de “sus casas” se abren a quien está dispuesto a interesarse por la historia y por los procesos de restauración. Un claro ejemplo de ello es la participación de la cooperativa cada año en los “Días del Patrimonio”, en el que se expone y se recibe a una cantidad enorme de ciudadanos, a quienes se les explica no sólo la historia del edificio sino también la historia a través de la cual hoy en día es posible que una CVAM dé vida a su interior.
Este hecho es la constatación no sólo de las capacidades adquiridas para la gestión posterior de las fincas y su entorno urbano en cuanto al reconocimiento de los valores arquitectónicos y sociales, sino además de una profunda convicción y sentido de apropiación de un espacio vital para ellos como es su vivienda y su barrio y para el colectivo social en su conjunto.
LA CAPACITACIÓN EN AUTOCONSTRUCCIÓN Y EN AUTOGESTIÓN.
“(…) diferenciar la autogestión de la autoconstrucción (…). La autogestión en cuanto implica mecanismos de control del rendimiento del trabajo, optimización de la administración de la obra, toma de decisiones que hagan a un continuo mejoramiento del proyecto y formación y progreso en el área social de los integrantes de la cooperativa, se convierte en el aspecto fundamental. La autoconstrucción debe pasar previamente por una valoración objetiva del grupo humano en la cual se definan claramente los objetivos a cumplir y se arbitren los medios para encarar mediante contrataciones u otros procedimientos alternativos aquellas tareas que no sean rentables o positivas para el grupo humano” (fig. 3)
El trabajo en obra por parte de los grupos cooperativos por ayuda mutua supone  siempre un desafío en términos de capacitación. Esto se debe a que los conocimientos previos en construcción generalmente son escasos. El reto en esta experiencia piloto (en las tareas de pre-obra y obra), tanto para el IAT como para el colectivo de vecinos, consistió en abordar una obra de alta complejidad tanto en los aspectos constructivos como en los requerimientos de seguridad.
La capacitación en términos de construcción abre todo un abanico de situaciones nuevas ligadas a la recuperación de elementos propios de la finca existente con un alto valor histórico y patrimonial. Así, los habitantes devienen en habitantes-restauradores en la medida en que aprenden y transfieren la realización de labores de recuperación edilicia. Con el asesoramiento del IAT y de universitarios provenientes del campo de la arqueología -y de acuerdo al grado de conservación estipulado para el edificio a rehabilitar- se realiza la recuperación y restauración de aquellos elementos que no sólo poseían valor patrimonial en sí mismos sino que además poseían el potencial de ser recuperados y reutilizados. La capacitación, va entonces directamente relacionada a la autogestión de este proyecto en forma organizada, lo que les ha permitido a partir del reconocimiento y valoración de soluciones constructivas apropiadas, apropiarse del proceso de producción total, obteniendo calidad y bajo costo.
EL ROL DE LOS TECNICOS Y EL PROYECTO ARQUITECTONICO
La toma de partido supuso la consideración de una serie de condicionantes impuestas por un lado por la Comisión de Patrimonio Artístico y Cultural de la Nación y por otro por las características particulares del “modo de producción “ del sistema cooperativo.
La actitud proyectual entonces debió considerar la existencia de distintos “momentos” del proyecto que fueron tenidos en cuenta tanto en su valor patrimonial como en sus potencialidades de aprovechamiento en el marco de un programa habitacional con servicios asociados así como la implantación y el potente rol del conjunto como conformador urbano en el centro histórico.
El volumen de la esquina o “Casa de Lecocq” propiamente dicha, ejemplo del “tipo” residencial característico del período colonial ( 1805-10), presentaba un avanzado deterioro al inicio de los trabajos, aunque conservando íntegramente sus cualidades espaciales tanto interiores como exteriores. El edifico fue objeto de una cuidadosa intervención mediante la restauración de la fachada original y el mantenimiento de las proporciones del patio central, aunque con una nueva  organización de vanos del mismo, fruto de la necesaria subdivisión en vertical que permitiera el aumento de unidades habitacionales. 
En el lote siguiente se toman dos decisiones importantes en el desarrollo del proyecto. Por un lado se decide, con el acuerdo de la cooperativa, destinar un volumen existente que data de 1795 (conformado en base a muros portantes de piedra de un espesor cercano a 1 mt. y entrepiso y cubierta en base a estructura de troncos de palmera), para la instalación de una “escuela taller” o servicio barrial. Este edificio constituye un ejemplo casi único de este período de la arquitectura civil de la colonia, tanto por su tipología como por su tecnología constructiva. Se restaura parcialmente (fachadas y cubierta ya que los fondos de que dispone la cooperativa deben ser destinados a las viviendas) y se lo integra al espacio y servicios comunes y al barrio mediante la rehabilitación del acceso original hacia la calle Juan Carlos Gómez.
La otra decisión que se adopta es la demolición de un volumen interior a este lote, cuyo estado de conservación era muy crítico y a su vez su valor patrimonial no ameritaba su salvataje. Este espacio se aprovecha para insertar en el proyecto un volumen de cuatro niveles, donde se desarrollan viviendas de nueva planta.
El resultado es una composición en base a la combinación de reciclaje, restauración y obra nueva, organizados en base a su implantación original y al desarrollo de un sistema de espacios colectivos que los vinculan. (fig.4, 5).


Completan el conjunto, un salón comunal en la planta baja hacia el patio central y dos locales comerciales con acceso directo e independiente desde la calle, que resuelven el vínculo entre el proyecto y la plaza pública a la que enfrenta.
El programa residencial consta de 19 viviendas en total, de las cuales 8 son de nueva planta y 11 fruto de reciclaje.
LA PUESTA EN MARCHA DE SERVICIOS ABIERTOS AL BARRIO Y LA GESTIÓN DE UN PROCESO DE ESCALA BARRIAL
La gestión del patrimonio por parte de los cooperativistas posee, además, una dimensión de orden inmaterial. Esta tiene que ver directamente con la puesta en valor del entorno inmediato, el barrio y sus dinámicas de desarrollo y difusión.
Desde los inicios del emprendimiento, los vecinos manifestaron su intención de aportar al barrio espacios en los que se ofrecieran servicios tales como una guardería, centro de  salud y espacios para el deporte. En este sentido, se gestionó con los organismos correspondientes la solicitud de uso de las Bóvedas ubicadas frente a las fincas. Estas Bóvedas que conformaron parte de la muralla de la ciudad histórica, estaban al momento de la restauración, en condiciones de abandono y degradación. Los cooperativistas de COVICIVI asumieron la responsabilidad de limpiar, consolidar y rehabilitar estos espacios para uso del barrio en forma de espacio cultural. En la actualidad, son ellos quienes los gestionan, organizando eventos y actividades culturales (fig.7).

Asimismo, los vecinos de COVICIVI conformaron el primer Consejo Vecinal de la ciudad.
Con el tiempo, algunas de las iniciativas que en los primeros años se prefiguraban como muy ambiciosas, se han ido consolidando en instancias concretas. Así, una de las CV toma actualmente el relevo del CAIF Los Pitufos en el entorno próximo a las viviendas. Se suma a este ejemplo de aporte al barrio la gestión de una Cooperativa de Turismo Comunitario.
De las experiencias rescatadas mediante los relatos de los cooperativistas y con el edificio restaurado a la vista, queda claro que la producción de vivienda social por el sistema de autoconstrucción en esta experiencia piloto de rehabilitación ha sido de inestimable aporte pues se constituye en la apropiación del bien patrimonial y sus contenidos a través de la Rehabilitación Física y Social.
En el  Programa “Las Bovedas”, las Cooperatvas COVICIVI I  y COVICIVI II fueron asesoradas por el Instituto Técnico Interdisciplinario “HACER-DESUR”
    El valor total que supone la conformación y construcción de la cooperativa es financiado en un 85% a través de un préstamo por el Estado. El 15 % restante corresponde a los usuarios.
Habiéndose desarmado con anterioridad el Fondo Nacional de Vivienda que estabilizaba las realizaciones en vivienda.
Concepto de Cultura sugerido por García Canclini (1986) “(…)cuando se pretende el análisis de un producto cultural…, en una sociedad estratificada en clases no es posible hablar de la cultura como un elemento hegemónico y único para toda la sociedad, es preciso entonces advertir la existencia por un lado de una cultura hegemónica o dominante y por otro lado la existencia de una cultura popular o subalterna”
CHÁVEZ y CARBALLAL (1997) pág. 64.
VALLÉS, Raúl (1998), pág. 151.
Reciclaje: “la realización de obras de mejoramiento, complementación y subdivisión en varias unidades de una vivienda existente”.
VALLÉS, Raúl (1998) pág. 154.
Informe elaborado por los cooperativistas y presentado a la IMM (Intendencia Municipal de Montevideo) en 1998.
“Lo que pasa es que la Historia es inevitable que la digan los que la vivieron. La Historia es la vivencia”. Sandra, cooperativista de COVICIVI I.
Entrevista en web  http://www.montevideo.gub.uy/
El Día del Patrimonio se celebra todos los años en septiembre en todo el país. Todos los edificios públicos se abren al público durante un fin de semana, para que los ciudadanos puedan visitarlos y conocerlos. http://www.patrimoniouruguay.net/
Documento elaborado por los cooperativistas como informe a presentar a la Intendencia. 1998.
Inventario Patrimonial: Instrumento central de ordenación. A través de un relevamiento de los padrones del área, se definen los grados de conservación de las construcciones y por  tanto el tipo de actuación o modificación que se puede realizar sobre las mismas, “trascendiendo la valoración de una época o un estilo determinado procurando proteger calidades, significaciones y singularidades”.
Entre estos elementos reutilizados se destacan los ladrillos que una vez recuperados vuelven a formar parte de los forjados reconstruidos; las vigas:  las piedras que conforman la solería del patio y los pisos; así como la carpintería de aberturas.
El Plan CAIF -Centro de Atención a la Infancia y a la Familia-desde 1988, constituye una política pública intersectorial de alianza entre el Estado, Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC), e Intendencias Municipales, para garantizar la protección y promover los derechos de los niños y las niñas desde su concepción hasta los 3 años, priorizando el acceso de aquellos que provienen de familias en situación de pobreza y/o vulnerabilidad social, a través de las modalidades urbanas y rural. http://www.plancaif.org.uy/, http://www.freewebs.com/caiflospitufos/
Fig. 1: Croquis del ámbito de intervención del Programa “Las Bóvedas”.
Fig. 2: Vista de las fachadas de la cooperativa COVICIVI II  antes y después del proceso de reciclaje.
Fig. 3: Los habitantes-restauradores.
Fig. 4: Asamblea con el equipo interdisciplinario de HACER-DESUR.
Fig. 5: Recaudos graficos (plantas bajas de relevamiento original y proyecto)
Fig. 6: Recaudos gráficos (corte-fachada)
Fig. 7: Ciudadanos visitando la exposición en el Día del Patrimonio (setiembre de 2010) en el interior de
“Las Bóvedas”.
BIBLIOGRAFÍA
CASTELLS, Manuel. La ciudad y las masas. Sociología de los movimientos sociales urbanos. Madrid: Alianza, 1983.
CHÁVEZ, Daniel, CARBALLAL, Susana, La ciudad  solidaria. El cooperativismo de vivienda por ayuda mutua, Montevideo, Facultad de Arquitectura y dd. Nordan Comunidad, 1997.
GARCÍA CANCLINI, Néstor.  Las culturas populares en el capitalismo. México Nueva imagen. 1986.
GARCÍA CANCLINI, Néstor. Ideología y cultura. Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras de la UBAA.. 1986.
NAHOUM, Benjamín (comp.), Una historia con quince mil protagonistas. Las cooperativas de vivienda por ayuda mutua uruguayas, Montevideo, IMM y Junta de Andalucía, 2008.
VALLÉS, Raúl, “Reciclajes”, en Una historia con quince mil protagonistas.. IMM y Junta de Andalucía, 2008. “págs. 152-165”.
VV.AA, El cooperativismo en Uruguay, Montevideo, Red Universitaria de las Américas en Estudios Cooperativos y Asociativismo, Servicio Central de Extensión y Actividades en el Medio (SCEAM).  
Autores:
Arq. Raúl Vallés; Unidad Permanente de Vivienda -UPV- Facultad de Arquitectura de la
Universidad
de la República, Uruguay.
ravalles@gmail.com
Arq. Daniela Arias; Unidad Permanente de Vivienda -UPV- Facultad de Arquitectura de la
Universidad
de la República, Uruguay. arias.03@gmail.com

Arq. Marta Solanas Domínguez; Grupo de investigación HUM-810 de la Universidad de Sevilla.
Realiza pasantía en la UPV. martasolanas@gmail.com,







martes, 7 de mayo de 2013

Defendamos la intangibilidad de los acantilados de la Costa Verde


Defendamos la intangibilidad de los acantilados de la Costa Verde

Mg. Arq. Liliana Miranda Sara

1 ¿Cuál sería la solución más inteligente a la problemática que significa la construcción de edificios residenciales en esta zona de la ciudad? ¿Qué otro uso se le puede dar a este espacio?
El principal problema es del alto riesgo. El CISMID (que declaró en La República el Domingo 29 de Julio) ha elaborado el mapa de peligro sísmico de Lima indicando que toda la zona de acantilados y con 150 metros desde el borde arriba (más de una manzana), es de alto peligro sísmico, es decir, la acción obvia es declararlos NO APTAS para uso residencial.
Para sustentar y explicar lo dicho, adjunto estos links que hacen un poco de historia y nos recuerdan lo ocurrido en el terremoto de 1940 en Chorrillos y con los acantilados y el malecón, para simplemente reflexionar acerca de lo que podría volver a ocurrir (recordemos que ese sismo fue solo de 6,6 grados que provocó un mini tsunami con olas de 3 mts .que golpearon la parte baja del acantilado en más de una vez).
Transcribo parte del testimonio del Sr. Guillermo Roose Campos socio del Regatas y que vivió este terremoto de 1940:
“Para nosotros, ubicados al nivel de la playa (el terremoto), adquirió realmente características dantescas: desde San Miguel y Magdalena el acantilado se precipitaba sobre la playa, dando la impresión de una gran catarata de tierra, de dimensiones mayores, que las del Niágara. En efecto kilómetros y kilómetros de tierra caían sin cesar hasta las playas generando nubes de polvo inconmensurables.
El malecón de Chorrillos había caído como un huaico arrasando gran parte del dormitorio del Club (Regatas), la pequeña cancha de básquet, los camerinos y parte de las duchas; la conexión con la plataforma de cemento se entrampó de tierra………..subí a lo que quedaba del Malecón ……...los baños de Chorrillos habían desaparecido, la bajada al funicular era un recuerdo y los daños en el Malecón….eran devastadores”.
Se perdió una manzana completa a todo el borde del malecón de Chorrillos, por eso es que esa Avenida del malecón ahora es tan ancha, cayó el malecón antiguo (se pueden ver restos del mismo en el acantilado aún) y se “desmoronó” el acantilado generando una ampliación de la playa que ahora tenemos. Vale recordar también que toda la primera fila de hermosas viviendas del viejo Chorrillos cayeron con ese terremoto, por eso tanto arriba como abajo es más ancho, playa y malecón, el movimiento de tierras resultado de la caída del acantilado fue masivo e incontenible.
También vale precisar que los acantilados son una reserva de paisaje, aire puro y espacio de recreación para la ciudad, su zonificación desde 1977 es de Zona de Recreación Pública, ZRP, según ResoluciónSuprema Nº 230-77-VC-1100 del 29 de setiembre de 1977 de Vivienda y luego con la Ley de creación de la Autoridad Autónoma de Costa Verde también los vuelve a calificar como tal. Esta zonificación estaba vigente por ejemplo, cuando se otorgó la concesión de Larco Mar, uno de los clásicos misterios de cómo se manejan los grandes proyectos público-privados en la ciudad y que ahora tocaría esclarecer si es que se autoriza la construcción del Hotel Hyatt como parte de esa concesión. ¿Cómo podría ser posible esto si la zonificación no es compatible?.
Otro tema adicional para abonar al riesgo ya identificado por CISMID, es tanto la subida sistemática del nivel del mar (1cm por año, según la Capitanía de Puerto del Callao) a causa del cambio climático, la erosión sistemática de las playas (con pérdidas de playa promedio mayores a 2 a 2,5 metros cada año), así como el riesgo de oleajes y tsunamis (que debilitarían los acantilados desde abajo).
Por todo lo dicho, a los acantilados, no se le puede asignar usos ni permitir edificaciones que agudicen su inestabilidad y pongan en riesgo de colapso al conjunto y por tanto pongan en riesgo la vida de millares de personas.  
La solución más inteligente es mantener su intangibilidad y declararlos reserva paisajista, recreativa y verde para la ciudad y para todos los limeños.
2. En su opinión, ¿qué medidas debería tomar la Municipalidad de Lima al respecto? 
Mantener la intangibilidad de los acantilados y más bien fortalecerlos y reforzarlos para que las edificaciones que irresponsablemente se han autorizado en la parte alta no colapsen evaluando su reubicación y erradicación.
Además, se requiere elaborar participativamente:
1.     Una nueva visión de la Costa Verde que realmente contemple estos temas y no solo la codicia inmobiliaria.
2.     La Evaluación Ambiental Estratégica para definir esta nueva visión y por cada nuevo proyecto su respectivo Estudio de impacto ambiental
3.     El Plan de Gestión de Riesgos de la Costa Verde.
4.     El plan de evacuación de la Costa Verde identificando zonas críticas
5.     El plan de reubicación de las edificaciones en alto riesgo en la Costa Verde (arriba y abajo).
6.     Promover y desarrollar simulacros de evacuación en las edificaciones de mayor afluencia de público (como Larco Mar)
Tenemos que averiguar asuntos tan simples como por ejemplo, ¿cuál es el aforo de la Costa Verde?, si las Municipalidades Distritales reciben presiones y solicitudes de inversión público-privada, pues antes de ponerlos en subasta, que demuestren que no van a incrementar el riesgo de las personas en esta zona con sus iniciativas. Igualmente, tenemos que conocer asuntos tan simples como: de presentarse un terremoto y/o tsunami, ¿cómo saldrían las personas? ¿Cuáles son las rutas de escape realmente seguras? (recordando que las escaleritas propuestas y los funiculares podrían colapsar también).
Igualmente, desarrollar una investigación acerca de cómo es que se han autorizado una serie de edificaciones en forma irregular a pesar de que las evidencias, la zonificación aprobada, los propios hechos!nos conducen a reconocer la existencia de toda esta problemática y altos riesgos.
Adicionalmente, que todos los contratos de concesión (y pagos comprometidos) y expedientes técnicos y jurídicos de las edificaciones ya existentes o presionando por realizarse sean publicados en la página web de las respectivas Municipalidades para su evaluación y consulta con los vecinos y ciudadanía.
3. ¿Cuánto perdería Lima si se deja de considerar a esta zona como intangible? ¿Estamos presenciando un cambio definitivo al tratamiento de nuestro litoral? 
Lima, como ciudad metropolitana, no pierde nada, solo gana. La que perdería sería la codicia inmobiliaria, más no la ciudad, no los limeños, por el contrario. La ciudad y los ciudadanos mantendríamos nuestro derecho y acceso a la playa y no lo perderíamos, mantendríamos nuestro acceso a las áreas verdes y al paisaje sin costo, mantendríamos nuestro acceso universal a las áreas recreativas y espacios públicos.
La ciudad gana en seguridad, gana en aire limpio, gana en espacios verdes tan escasos para aquellos sin recursos suficientes para pagar por estas supuestas benéficas obras de inversión público privadas, los ciudadanos mantendríamos nuestro derecho a que la ciudad debe garantizar libremente nuestro acceso a los mismos, la ciudad gana en espacios recreativos, también tan escasos para la ciudad, gana en espacio público y en construcción de comunidad, de civilidad.
En mi opinión, el cambio definitivo para Lima en su litoral se dará cuando suceda el tan anunciado terremoto y/o tsunami en Lima. El plazo marcado por el silencio sísmico va en contra nuestra, y en especial de los acantilados.  Refraseo lo que ya publicara en mi página de facebook al respecto:
“Es un escenario probable, NO seguro, solo probable, y que sinceramente espero que nunca ocurra:
Imaginemos que es domingo, en un mes de Febrero, 3 de la tarde y sucede un terremoto de más de 8 grados en Lima, pensemos qué puede ocurrir en la costa verde y en sus acantilados, (luego de lo ya dicho), obviamente podría repetirse lo que ya pasó en el terremoto del 40, los acantilados se podrían deslizar hacia abajo como un huayco incontenible, pero en este caso, además, las tuberías de agua y desagüe en las vías arriba se podrían romper, el suelo del acantilado se humedecería, se mojaría (que es un “mil hojas”. No es estable, las piedras ya caen solas, sin sismo), así, este suelo se aflojaría aún más, las tuberías de agua y desagüe del edificio del Hotel proyectado (si ya existiera) o de Larco Mar, o de los edificios como Infinity en Barranco se podrían romper y se seguiría mojando ese suelo del acantilado tan deleznable, las estructuras al borde y en el acantilado se podrían rajar severamente, quizás sucederían varios incendios y luego, podría también sobrevenir un maretazo o un tsunami, la primera ola golpearía el acantilado y las edificaciones abajo, luego la segunda, la tercera…. (si hay estacionamientos subterráneos bajo el proyectado Hotel se inundarían)…..¿habría escape seguro? Solo (y tal vez) si se preparara la situación desde ahora urgentemente.
Y entonces, si no cayera el edificio del Hotel y otros ya existentes, se podrían rajar, crujirían (los usuarios de ese momento se llevarían un gran susto), luego podría también afectarse seriamente Larco Mar al igual que los edificios circundantes arriba y a lo largo de la costanera, los más propensos a dañarse severamente o a caer serían los edificios más altos (sino caen en el sismo o sus réplicas, podrían quedar inutilizados).Por último, siendo Febrero y domingo, en la playa habrían muchos bañistas ¿tendrían por dónde salir?, ¿habría escape seguro? (¿alguien ha calculado ya el aforo de la Costa Verde?), ¿cuáles edificaciones en la misma costa verde abajo serían seguras?.
¿Quién se haría responsable de los daños y de las perdidas?
Recuerden el lema de las empresas de seguros, “es mejor tener un seguro y no necesitarlo que necesitar un seguro y no tenerlo”, ¿qué seguridad tenemos de que la costa verde, arriba y abajo, puedan resistir un terremoto y luego un tsunami?,  sé muy bien que podría no pasar todo esto ya dicho y ojalá no pase, ¿pero y qué tal si realmente sucediera?, ¿quién se hará responsable de los daños y perdidas?, con la Ley 29090 ahora hay responsabilidad civil, administrativa y penal, supongo que  habrá que dar seguimiento a esas licencias de construcción (y de funcionamiento) y la reciente autorización de la autoridad de costa verde para que si esto ocurriera puedan realmente ser sancionados los negligentes e irresponsables que nos están poniendo en este riesgo.
Hay todavía mucho por hacer.
Liliana Miranda Sara

jueves, 2 de mayo de 2013

EL BESO


EL BESO.  Primera parte
Me voy hundiendo poco a poco, siento el agua  entrando dentro de mis pulmones, la garganta se me cierra y me paralizo. El peso del agua turbia de este canal que recorre una de las estrechas calles de Armstendan  va empujándome lentamente.  Mi cuerpo toca  el fondo barroso.  La luz de la superficie comienza a desaparecer y me invade la oscuridad…
 CARAJO!, como llegué a este final tan triste y tan solo-, pienso mientras siento que el nudo de la garganta se hace mas grande. Un bote pasa por la superficie.  Mi cuerpo esta duro y ya no puedo moverme.  El miedo  la tristeza se apoderan de de mi, todo se va a pagando. Mi mente comienza a rebobinar rápidamente los hechos desde el momento que pisé la calle del Barrio Rojo de Ámsterdam.

Me veo caminando  hacia una calle con luces rojas junto a unos turistas orientales, en la entrada, unos africanos de gran tamaño, ofrecen éxtasis. Me acerco…
¡Estasis, estasis, estasis!-  me gritan con sus bocotas, están vestidos con  largas túnicas de colores y apoyados sobre un muro adoquinado, que termina en el comienzo de la primera vitrina, en cuyo interior, una mujer chiquita de aspecto tailandés de unos veintitantos años, se contornea en silencio. Lo hace rítmicamente alrededor de una silla, su cuerpo elástico y bien formado, atraen las miradas de los turistas asiáticos que se han detenido a mirarla con curiosidad y deseo, mientras los negros comentan algo y se ríen fuertemente.

Me acerco a ellos. No sin antes mirar si había un policía cerca. Ellos callan y me observan con desconfianza,  luego de un breve silencio me vuelven a ofrecer su droga. Son tres, hay un cuarto, un poco mas alejado sirve de campana.
-          I don´t want extasis, I want  cocaine, -les digo, luego de sacar de mi bolsillo unos cuantos florines
Los negros me miran y se ríen nuevamente enseñándome sus blancas dentaduras, que parecían alumbrar el rincón oscuro donde nos encontrábamos, pálidamente alumbrado por la luz de  vitrina, espacio que se mostraba vacío.
-          un cliente ya picó – pensé-, mientras escuchaba  a los negros hablando en su idioma.
-          Usted esperar un poco, darse una vuelta señor, - Solo cinco minutos-,  me dice otro de ellos, con acento español, como adivinando mi origen peruano

Voltea, y le hace una seña al campana. Éste parte de lugar y se mezcla entre la multitud variopinta, bañada por la luces rojas que salen de los locales, donde hermosas mujeres venidas  cuerpos desnudos se muestran, ante la atenta  y lasciva mirada de los turistas. Veo alejarse al moreno y  luego desaparece.  

Para no esperar en el lugar en este lugar con fuerte olor a orines, y de paso no despertar despertar sospechas, comienzo a recorrer la calle observando a la gente. La mayoría son hombres. Los veo y me doy cuenta que  miran como si estuvieran frente a  grandes peceras, donde peces exóticos venidos de lejanos  mares los embrujan con su magia.
Llego al final de la vía y me doy la vuelta rápidamente, ya habían pasado los cinco minutos. Termino de recorrerla de regreso y a estaba el negro que había ido a buscar el encargo. Me esperaba con una gran sonrisa de oreja a oreja. Le pasa el paquetito al que habla español

-          Amigo, caminemos- , me dice ya con el encargo en su mano. Mira de un lado a otro,  y tocándome amigablemente el hombro, empezamos a  andar como dos viejos conocidos.
-          Okey- le contesto mientras nos alejamos del lugar. En la vitrina al comienzo de la calle, la mujer con pinta de tailandesa, nuevamente se encuentra moviendo su pequeño cuerpo.  
Nos detuvimos a unas cuadras. Me acerca con su mano una cajita de chicle. Yo la agarro y la abro. Adentro hay un pequeño envoltorio de papel. Lo palpo y se siente grueso. Le doy su dinero  y me alejo rápidamente sin mirar atrás con rumbo a mi hotel.

Llego y el de la recepción me saluda y me entrega un  pequeño sobre. Adentro hay una nota y una tarjeta de la discoteca Sugar Factory. Subo a mi cuarto y leo la nota. Unos amigos sabiendo que llegaba a Holanda, me esperan  en la discoteca.  Me baño, salgo de la ducha me seco un poco y así medio mojado  me visto rápidamente.
Se  que la noche va a a estar muy “moby dick”. Mientras me peino antes de partir, observo por el reflejo del espejo, el paquetito encima de la mesita de noche..

-          Lo llevo o no lo llevo – pienso-, mientras lo hago, abro el frio bar, saco una pequeña botellita de whisky, me meto un buen trago y siento el rico sabor a perfume que va calentándome la garganta. Inmediatamente sin pensarlo dos veces abro el paquetito y ahí estaba, el polvo blanco que había consumido algunas veces en mi juventud, en os b años de las discotecas limeñas. Ahora de nuevo la retándome  frente a mi. Un escalofrió  me recorre  el cuerpo
-          Solo un par de tiros -me digo no muy seguro.

Saco una tarjeta de mi billetera, y al tenerla en mi mano, la foto de mi hijo se desliza cayendo al piso alfombrado de la habitación. La recojo del piso y miro su carita como me observa y el corazón se me acelera. Una sensación de remordimiento y angustia recorre mi cuerpo. La sensación se convierte en adrenalina.
Las ganas de probar la droga nuevamente, se disipa. Tomo la fotito con cariño y la pongo paradita apoyada en la lamparita de la mesita de noche. Me acerco de nuevo a la mesa donde había dejado la botellita y el paquete con la coca abierto. me tomo otro trago, y sin pensarlo dos veces, me meto un par de tiros, guardo el paquete en el bolsillo y salgo del cuarto rumbo a la discoteca.
-          La coca siempre gana- voy pensando mientras camino con una mano en el bolsillo tocando el sobrecito y con la otra agarrando la botellita con el poco de whisky que aun quedaba…
-           
Llego a la discoteca. La entrada  está atiborrada de gente, apenas puedo ver la la puerta. Una larga cola llega casi hasta el final de la cuadra. La mayoría jóvenes locales. Me acerco a la puerta, le entrego la tarjeta y paso. 
Ya adentro el ambiente de Factory luce espectacular, la música suena al compás de las luces láser que disparadas del techo vidriado atraviesan toda la discoteca.
Comienzo a recorrer el primer piso de la discoteca y sus dos grandes barras circulares y no encuentro a mis amigos. Entonces me decido a subir a la zona VIP. Al comienzo de la escalera un negro que le impedía subir a una rubia ebria no se percata de mi presencia, por lo que aprovecho para subir rápidamente.

 Mientras avanzo bordeando la mezzanine, voy observando desde arriba si encuentro a mis amigos entre la gente que baila. No los encuentro, cuando me disponía a bajar, escucho un voz femenina que grita mi nombre con acento alemán.
Avanzo hacia la barra VIP y los encuentro, mis amigos están sentados sobre uno bancos frente a la larga barra multicolor. Con su fachas de siempre, mis amigos holandeses me esperan con una sonrisa y unos tragos en las manos, son cinco en total, esta pareja de gays, una heterosexual y mi amiga  Claudia, una ricurita holandesa , de pelo negro, ojos grandes y azules y además como si fuera poco, un cague de risa.
-          Y fuiste donde te dije?- me pregunta  tomándome la mano, mientras me jala hacia las escaleras rumbo a la pista de baile.
Ya abajo mientras bailamos le paso el paquetito, seguimos moviéndonos un rato al ritmo del sonido del DJ ingles que tocaba esa noche, no lo aguanto ni un rato mas, la miro, le hago una seña hacia arriba, y sin darle tiempo a pensar a loca que en ese momento se movía como si tuviera  una invasión de avispas, la tomo de a mano y la llevo de vuelta a la barra.

Acomodada de nuevo en su banco frente a la barra, toma un largo sorbo de la caipirinha que le había servido el mozo rubio que dentro de ella nos observaba divertido. A mi también me daba risa su cara, que parecía sacado de un película de terror antigua, esas que veía de chico en el cie de San Bartolo, y que no tenían ni final ni comienzo.
Mi amiga, me hace un guiño y se va directa al baño,  luego de un rato regresa me da un largo beso en la boca, sintiendo  en su lengua el sabor amargo de la coca, mientras que por abajo disimuladamente me la devuelve. Su cara muestra un rictus diferente, sus ojos me miran con deseo  y con su boca entreabierta me promete una noche de placer sin necesidad de pronunciar una sola palabra.
-          Que rica mujer- voy hablando solo- mientras camino rumbo al baño.

Entro a uno de los compartimentos, me siento en el inodoro, saco el paquetito, lo abro, y cuando voy a aspirar el polvo blanco, recordando viejos tiempos,  siento unos ojos que me observan. Levanto la mirada y ahí estaban dos cabezas rubias que  asomaban encima de la puerta del compartimento.
-          La cagué – pensé dentro de mi, agarre el paquetito y lo tire sin cerrarlo entre mis piernas al inodoro.
-          ¡Mister please open the door!- escuche de uno de ellos que me miraba con su cara de malo, pero con mirada que no podía ocultar, que se estaba divirtiendo,
-          Sorri,  AY NiD FINISCH THE CACA -, le contesté gritando.
Como se había dado cuenta que había tirado la vaina dentro del guater, no tuvieron ganas de averiguar  que más estaba haciendo, así que sabiamente optaron por esperarme pacientemente.
Terminé tristemente lo que había empezado con gran emoción. Abrí la puerta e-ipso facto- en unos pocos segundos me cargaron los dos grandazos,  conduciéndome  rápidamente entre la multitud hasta la calle. No me dieron tiempo de despedirme. Perdí.

Completamente desolado me eché andar entre las estrechas callecitas de Armstendan, que  a esa hora ya lucían solitarias. Bordeando sus  canales fui buscando un bar para matar las penas. Hasta que lo encontré. Una de las tantas viejas esquinas que dividen los rumbos de los canales
Mostraba una puerta abierta de par en par, parecía una típica bodega del “chino de la esquina” de la vieja Lima, a diferencia  que este quedaba en el primer piso de una bella casa antigua típica holandesa.  

El bar adentro lucia casi vacio, solo tenia unas cuantas mesas que rodeaba una pequeña pista de baile con piso de madera y una vieja barra también del mismo material, donde se veía a tres hombres que alegremente conversaban con el barman. Me acerco y le pido una rum cola, mientras me servía el trago, me pregunta amablemente de donde era, a  lo que le contesto, Perú
- ah! Mashupichu- , me contesta uno de los tres  que bebían unos grandes vasos con cerveza,
Si, Macchu Picchu- le contesto, mientras agarro mi vaso ya servido de cuba libre y me dirijo a una angosta barra pegada a la pare.  No tenía en esos momentos ánimos de hablar con nadie.

No bien empezaba a tomar el trago, cuando entra una pareja, son un par de punks, el viste con atuendo militar y con el cabello rojo en puta que le cubre solo media cabeza, mientras que ella esta totalmente rapada. Cruza la pequeña pista de baile dirigiéndose a una rocola, como si nadie existiese, veo que se busca algo dentro de sus bolsillos y saca una moneda y la mete en el aparato.
Para sorpresa mía, comienza a sonar una suave música de jazz africano, el punk camina hacia el centro del salón y comienza a moverse lentamente, ella lo mira y mientras se dirige hacia el voltea su cara hacia mi y se sobre para por unos segundos y me queda observando con curiosidad, yo la miro y veo que tiene una carita de ángel, es una hermosura.  Luego continua caminando, pero ahora lo hace  mas lentamente, dejando  su cuerpo llevar con el ritmo de la música que proviene de la vieja rocola.

No puedo dejar de mirarla, baila de una manera especial, haciendo que todo a su alrededor desaparezca, inclusive su pareja que  parecía que se había tragado todas las mescalinas de Europa, el pata estaba e otra galaxia. A pesar de la penumbra del local me daba cuenta que en cada giro que hacia me observaba furtivamente. Yo no le quitaba la mirada, estaba extasiado, no había mas recuerdos de discoteca, porteros, baños, ni mis amigos holandeses, que me pudieran sacar del embrujo en que me encontraba.    
Cuando de pronto ya no gira mas y comienza a bailar mirándome fijamente, y acercando cada vez mas, lo que me permite ver lo hermosa que es.

Yo seguía sentado sobre un banco, con mi espalda apoyada contra la barra con la mano agarrando el vaso. No me movía, estaba como petrificado por su hechizo.
Solo nos separa unos cuantos centímetros, puedo olerla, sentir sus palpitaciones  y su agitada respiración, se detiene avanza un paso, nuestras miradas se encuentran y vi el amor por primera vez en mi vida, no eran ojos, ni nada que se parezca a algo material, se acerca mas, su boca se junta con la mía, cierro los ojos, y sentí algo innombrable, fui en ese momento transportado a otra realidad, no quería volver, no quería que es beso terminara. Creo que ella sentía lo  mismo porque tampoco se detenía.  
Pero algo faltaba en ese beso, era el abrazo y no se lo daba porque no podía. 
En una mano tenia el vaso y el otro no lo podía mover por un accidente que me lo dejo mal. Ella no lo sabia, pensó que no le correspondía de igual manera. Alejó lentamente su boca de la mía, sentí su respiración agitada con el mismo ritmo que la mia. Abrí los ojos y vi la dulzura que la envolvía.
Se separó y se dirigió hacia el baño, volví a sentir mi cruda realidad de hombre solitario. El punk loco seguía bailando con los ojos cerrados, estaba en otra. Los de la barra, que seguro habían observado todo me hacían barra gritando:  ¡macchupichu, macchupicchu! 

Cuando ella  volvió del baño, se acercó, me dio un corto beso en  la boca, me miro con tristeza, camino hacia el punk, lo jalo del brazo  y se lo llevó.
Yo me había quedado inmóvil, no reaccionaba, había encontrado en un pequeño bar perdido entre las viejas calles de Europa al amor de mi vida. No podía dejarla ir. Me acerco rápidamente al bar, pago mi trago y salgo atrás de ella.
Me llevaban como una cuadra de ventaja, felizmente por que pocas horas para que amanezca, no había gente en las calles.  Mientras ellos caminaban delante mío, veía que el trataba de abrazarla y ella le soltaba el brazo y se separaba.

Comencé a apurar el paso, hasta que vi que volteaban frente a un canal y no cruzaron su pequeño  puente.  Comencé a  correr para no perderlos, pero cuando llegue a esa esquina ellos ya no estaban.
No podían haberse alejado de esa cuadra donde había para mi mala suerte tres hoteles. En uno de ellos tenían que estar, no sabia su nombre, ni podía preguntar por ella. Así que toe una decisión, pararme cerca al canal frente a los hoteles y esperar a que saliera de alguno de ellos, así tuviera que esperar el resto de la noche y todo el día siguiente.

Para mi mala suerte  amaneció con un sol fuertemente,  yo me mantenía aun despierto, pero mi ropa no me ayudaría soportarlo, llevaba un jean grueso, botas y una camisa de manga larga, por lo que comenzaba a sudar, no tenia lentes para el sol, por lo que su luz me golpeaba mis ojos.
Tenia que resistir no podía perderla,  la mañana avanza, la gente invadía las calles pero ellos no salían, El sudor y el fastidio de mi ropa sobre mi cuerpo era insoportable, por momentos quería regresar al hotel dormir, bañarme y regresar a buscarla, pero eso seria perderla para siempre.  

En eso la vi saliendo de uno de los hoteles, ya no vestía como punk, se había puesto un pantalón y una blusa blanca de lino. Su cabecita pelada brillaba por el sol. Volteo hacia donde estaba y me reconoció, y sonrió, mientras caminaba hacia ella vi que se acercaba detrás de ella su compañero y la abrazó. Igual seguí dirigiéndome hacia ella.  Avanzo unos pasos y  un fuerte golpe en mi espalda que m e arroja sobre el muro que separa la vereda del canal. Una motocicleta  me había golpeado. Como no puedo agarrarme de la baranda mi cuerpo pasa sobre ella y caigo sobre las turbias aguas.

Así es como llegue a esta situación, no se si quedarme en el fondo o salir.
Cuando de pronto me doy cuenta que tengo un pequeño hijo que me espera en el Perú. Me impulso con mis pies del suelo fangoso  y salgo a la superficie. Siento aplausos y veo cientos de personas al borde del canal, así como botes que se habían detenido.
Me ayudan a subir, ya arriba del canal, muchas colaboradoras manos me colocan sobre el suelo. Me duele todo el cuerpo  estoy temblando y con mi estomago lleno de agua sucia.

 Siento el sonido de una ambulancia que se acerca. La escucho detenerse a mi lado, no puedo abrir los ojos, la luz me produce un fuerte dolor, abro con la justas uno de ellos y veo a unos paramédicos que se acercan y siento que me echan sobre la camilla.
Sobre mi golpeado y mojado cuerpo,  unas blancas y delicadas manos de mujer coloca una  manta. No puedo alcanzar a verla, pero escucho su voz que conversa con los paramédicos que me introducen dentro de la ambulancia.

Se escucha su clásico sonido y cuando el vehículo parte siento una mano sobre mi frente, volteo y la veo.
     FIN