Es ahora, con estos proyectos de inversión urbana municipal y privada, como barrios altos, el centro financiero y Lurín, que se estaría dando un gran reto al desarrollo de la ciudad y donde tendría mucha importancia la implementación de esquemas, que aseguren por una parte la provisión de infraestructuras necesarias para promover y sustentar procesos de crecimiento económico, y por otra que propicien incrementos sustanciales en la calidad de vida de los habitantes de dichas zonas a intervenir.
Es evidente que el financiamiento del desarrollo urbano se va a dar dentro de un proceso de cambio global, y donde la cuestión fiscal municipal, va a desempeñar papel importante en la estructurizacion de los nuevos patrones que se den, debido a que estos proyectos puntuales, de cambio de disposición territorial de población y actividades, y que unido a una progresiva consolidación de procesos económicos locales, va a crear mas autonomía por parte de la comuna, y eso presagiaría la perdida de la hegemonía del gobierno central, como ente conductor absoluto de los procesos sociales, económicos e institucionales, en un momento en donde, existe una gran crisis fiscal estatal y de credibilidad.
Es por eso que se hace necesario racionalizar y fortalecer la estructura municipal y crear mecanismos novedosos, que contribuyan a consolidar una base sustentable de ingresos a los directamente implicados, en términos de equilibrio y regularidad, asegurándose así un respaldo social, por cuanto al hacerse evidente las relaciones entre fuente de ingreso y destino de los mismos, es posible lograr una positiva apreciación por parte de la comunidad y sus actores principales.
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