miércoles, 11 de enero de 2012

REVITALIZACION DEL CENTRO HISTORICO DE LIMA

REVITALIZACION DEL CENTRO HISTORICO DE LIMA


(A LOS 20 AÑOS DE SER DECLARADA PATRIMONIO CULTURAL DE LA HUMANIDAD)

Por el mes de Noviembre del año 1651 era preciso estar curado de espanto para atreverse a pasar, después del toque de queda, por el callejón de San Francisco. Entonces, como ahora, una de las aceras de esta calleja, larga y estrecha como la vida del pobre, la formaban casas de modesto aspecto, con fondo al río, y la fronteriza era una pared de gran altura, sin más puerta que la excusada del convento de los padres seráficos, En esos tiempos en que no habia gas ni faroles públicos aumentaba lo pavoroso y sombrío en las noches .
Trescientos sesenta años después, en esos mismos barrios populares: Barrios Altos y Monserrate que encierran como un gran sándwich a la principal Zona Monumental del Perú, aun se puede observar esa calidad de vida del siglo XVII descrita por Ricardo Palma en sus Tradiciones Peruanas

La imagen de Lima
Actualmente después que cierran los locales comerciales, poca gente se aventura a caminar por las calles del centro histórico de Lima, solo algunos turistas que pasean asustados sobre grandes buses turísticos la transitan. La ausencia de una buena promoción e inversión en atraer al turista, y el no mejorar las condiciones de vida de las barrios considerados peligrosos de Monserrate, Barrios Altos y el Rimac, son una de las razones importantes por los que pocos son los que se atreven a invertir en turismo en el Centro Histórico y menos aun repoblarlo. El Centro Histórico de Lima, representa simbólicamente la imagen de nuestra ciudad, tal como sucede en otros ámbitos urbanos. La riqueza de las diferentes etapas históricas de una ciudad de casi 2,500 años de historia, se vertebra a través de su centro urbano, en el que también confluyen las principales actividades económicas y comerciales del país; a pesar de los largos años de degradación física y social que ha soportado conjuntamente con sus cambios demográficos.

Con edificaciones obsoletas, degradación social, y declive económico, la población que abandona el Centro, se ve acompañada por el progresivo cierre y traslado de comercios tradicionales, al tiempo que se produce una fuerte competencia por la obtención del suelo, consecuencia de la progresiva terciarización por parte de oficinas y comercios, los cuales en su mayoría cierran sus puertas al caer la noche. Si bien es cierto, últimamente ha habido una apuesta por invertir poniendo en valor grandes casonas para destinarlas a oficinas y viviendas, estas no han tenido la acogida esperada. La mayoría, En las que no se ha intervenido, que son la mayoría, sus primeros pisos muestran gran actividad comercial, no así los segundos que se encuentran vacíos. La vasta población flotante que trabaja y pasea por sus calles, en horas de oficina, desaparece al caer la noche. Solo algunos mochileros que se hospedan en los pocos hostales que les brinda el Centro se atreven a recorrerla.

El Centro de Lima como oferta cultural
A comienzos de los ochenta, conocí una ciudad llamada Perugia, cuyo centro histórico estaba enclavado en lo alto de una montaña. La mayoría de sus antiguos pobladores urbanizaron con el apoyo del municipio las partes bajas de la ciudad, los que quedaron, habitan las plantas bajas. Los espacios que quedan la ocupan miles de estudiantes venidos de todas partes del mundo. En esta ciudad hay actividad las veinticuatro horas, es un centro histórico lleno de vida, de alegría, con la mayoría de sus calles destinadas al peatón, estas están rodeadas de comercios, restaurantes, bares llenos de gente que consume, conversa y se divierte, generando muchos ingresos para la ciudad. Todo lo opuesto a nuestro centro Histórico de Lima, y un poco parecido a Miraflores

Como conjugar el aumentar el consumo de un centro histórico tan lleno de ofertas de tradición, cultura, arte, con la disponibilidad de crear espacios de interés, que sirvan no solo para que admire nuestra ciudad y la disfrute, sino también para que se aloje en el?
Para lograr esta meta, se tiene que promover lo valioso que es nuestro Centro Histórico. Es bien sabido que cuando se visitan ciudades como Lima, normalmente se tiende a observar la belleza de los principales monumentos, pero, quizás de forma mas oculta, se está pensando en la imagen de la ciudad, en la armonía de sus calles y el movimiento de los ciudadanos que la habitan. La imagen de nuestra ciudad, en este sentido, tiene que estar vinculada a su tratamiento urbano, a su gente, otorgando seguridad al visitante y un equilibrio de sus diversas y múltiples funciones que se les ofrece, a la comodidad al transitar en ella, a culturizarse, a distraerse, y a adquirir servicios sin tener que hacer grandes desplazamientos.

En este siglo XXI, el turismo se ha convertido en un fenómeno de interdependencia y sus relaciones con las ciudades históricas son de naturaleza múltiple. En cualquier caso tiene un destacado protagonismo y ello plantea importantes desafíos, como por ejemplo afrontar el reto de lograr inversiones en la actividad turística, como por ejemplo, promocionando la utilización de las segundas plantas de las casonas, dando hospedaje a turistas -previa puesta en valor-, afrontando el reto de ordenar el turismo y regular el flujo de visitantes. Se trata en suma de integrar la promoción como parte de estrategias turísticas y urbanas de mayor alcance. Hacerlos en el marco de departamentos de gestión dentro de la Municipalidad y de fomento de la actividad económica, así como de una mejora en la infraestructura, como más vías peatonales, y menor transito de automóviles, son líneas de acción que proporcionan buenos resultados.

Desarrollo Sostenible
La lectura cultural y la reutilización del patrimonio urbano ofrecen oportunidades para la conservación de nuestro Centro Histórico y para abrir nuevos nichos en el mercado turístico. El Municipio de Lima, en negociaciones permanentes con la industria turística, los responsables del patrimonio, las asociaciones de vecinos y usuarios del Centro, tiene que comprometerse en la formulación y gestión de estrategias sostenibles, compartidas y asumidas por la sociedad local.
Lima, Centro Histórico Patrimonio de La Humanidad, uno de los recursos culturales más valiosos de nuestro planeta, es una ciudad desolada en las noches, es hora de elaborar estrategias innovadoras para su conservación y gestión, y no se puede pensar en volverlo interesante para la inversión como en turismo, si antes no se considera a las zonas deprimidas colindantes al Centro como componente de un estrecho tejido cultural, y cuya planificación de su preservación debe formar parte de un proceso mas amplio que considere la revitalización de la plaza o barrio en su totalidad en lo que se refiere a servicios y a la armonía del espacio urbanístico. Es necesario destacar que en la planificación de estos procesos la armonía que se busca con el entorno implica también la armonía con el contexto social en que se encuentra inmerso. Es necesario comprender que la conservación no esta garantizada si esta no es apreciada por los pobladores que lo emplean y lo rodean , en la medida que esta mejora en la calidad de vida, sea asumida como un compromiso para un desarrollo sostenible.

Frente a este panorama, se necesita una revisión de las estrategias de recuperar la ciudad, para adecuarla a la nueva realidad, que permita que las mejoras que se planteen en su patrimonio urbano y cultural, recupere y posibilite, con su incorporación a la vida arquitectónica y urbana, otra incorporación aun mayor: aquella que solo se logra con la aceptación social y el uso ciudadano. Operaciones que la Municipalidad de Lima tiene que llevar a cabo con el apoyo de las organizaciones que apuesten por el Centro. Su revalorización, en cuanto a memoria colectiva de nuestra sociedad, la puede convertir en un importante foco de atracción de inversión comercial y turística. En ese sentido, la lectura del patrimonio cultural como fuente de recursos y no solo de gasto, abre nuevas líneas de acción, y uno de sus grandes desafíos es el turismo cultural de masas. El turismo es una fuente de ingresos y de empleo, propiciando inversiones que mejoran la calidad de vida y los niveles de renta, asumiendo por supuesto, que nuestra capacidad de carga limitada y los recursos culturales con que cuenta nuestro C.H. son frágiles y renovables. El desarrollo sostenible ofrece caminos para conciliar la conservación con las nuevas perspectivas económicas y sociales que abre el turismo, permitiendo conciliar la conservación y la utilización funcional del patrimonio.

Proyecto de peatonalización eje Ica - Ucayali
Como bien sabemos la mayor parte de la estructura física del Centro Histórico data de de mas de un siglo, en este sentido su proceso de marginación y aislamiento como pieza urbana de la ciudad, provocó no solo la perdida de población y el deterioro físico sino el abandono de sus capacidades funcionales como área central de la ciudad. Hasta los años setenta, existía una identidad en su referente comercial, de servicios, recreativa y turística. La aparición de nuevos espacios urbanos, motivó la paulatina perdida de identidad y protagonismo del Centro como núcleo ordenador de la ciudad, a la vez que aumentaron sus zonas degradadas que no eran atendidas, en sus necesidades por la gestión de sus autoridades y la inhibición del sector privado

En 1992 a raíz de que Lima fue declarada Patrimonio Cultural de La Humanidad, se emprendieron varios proyectos de Recuperación del Centro Histórico de Lima, uno de de ellos fue la Puesta en valor del Jirón Ancash desde la cuadra 5 a la 9. Fue este un primer paso de puesta en valor de una área urbana monumental degradada y que tenia como meta el volverla peatonal, plan que no se concretó por la oposición de los propietarios dentro del área a restaurar. Solo gracias al apoyo de los inquilinos logramos la recuperación de las fachadas, algo parecido a los comienzos de La Habana La Vieja. Para lograr un proceso regenerador en el Centro, reconquistando los espacios públicos para la congregación y paseos de sus ciudadanos, este plan tiene que venir acompañado, de un compromiso no solo de los usuarios, sino también de un cambio de actitud de sus propietarios particulares, la Beneficencia, Municipio de Lima y la Iglesia, previa a la intervención de su espacio público, mediante un proyecto arquitectónico que aplique un concepto de calidad total a esta regeneración, respetando su valor histórico y modo de vida.

Nuestra Lima monumental se encuentra cercenada por dos grandes avenidas que la divide, y un río. La Tacna, que la separa del barrio de Monserrate, la Abancay de Barrios Altos, y el río Rimac del distrito del mismo nombre, generando desigualdades de índole social, económico y cultural. Esta situación se podría enmendar, elaborando un plan de integración de estas tres áreas, mediante un eje peatonal, acercando al Centro sus espacios públicos, beneficiando a sus pobladores e integrando el Centro de Lima. El proyecto del eje peatonal, Ica-Ucayali, actualmente en ejecución, puede unir el Barrio Chino en Barrios Altos con la Plaza Castilla en Monserrate, y convertirse esta vía peatonal que es un eje también cultural, ya que en su recorrido, se encuentran edificios importantes como: la Basílica de San Pedro, el Palacio de Torre Tagle, el Museo del Banco de la Reserva, el Convento de San Agustín, el Teatro Municipal, el Conservatorio, la Iglesia de San Sebastián con su plazoleta y terminar el recorrido en la plaza tradicional de Monserrate, y no en las avenidas Tacna y Abancay, convertidas en fronteras sociales.

Con esta vía peatonal inclusiva se iniciaría el proceso regenerador del Centro Histórico, mediante la reconquista para el ciudadano de los espacios públicos originales de la Lima tradicional. No obstante, esta reconquista no se consolidará, si no viene acompañado por una puesta en valor integral del area a intervenir, aplicando una calidad total a esta regeneración, incorporando las nuevas tecnologías en la renovación de este largo espacio publico, mediante el diseño coherente de pavimentos, mobiliario urbano y vegetación, según las escalas y singularidades históricas y espaciales de los distintos ámbitos urbanos y una cuidada concepción de la iluminación nocturna, en las zonas comprendidas de Monserrate y Barrios Altos. Estos factores son fundamentales para atraer tanto al paseante, al residente y sobre todo al turista, y convertir con ello zonas degradadas en áreas atractivas llenas de vida ciudadana que propicie y consolide la regeneración deseada. Alcanzando la sustentabilidad social del proceso gracias a su puesta en valor, priorizando la instrumentación de una clara política de desarrollo económico y de generación de empleo, se posibilitará la integración de la población más vulnerable a la vida productiva, de esta manera su desarrollo económico podrá lograr la consolidación de su diversidad económica, en particular de las actividades productivas y del sector de los servicios. La conservación del patrimonio cultural puede ser de esta manera, fuente de creación de microempresas especializadas en los oficios requeridos para la restauración de inmuebles. y obras de arte. Otras actividades que pueden ser beneficiadas son las relacionadas a la promoción de las tradiciones culturales, gastronómicas, artísticas, festivas y religiosas.

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