miércoles, 31 de agosto de 2011

Carceles productivas

Cárceles productivas, Comunidades productivas, Gobiernos locales productivos.


Inclusión y seguridad

El año pasado estuve trabajando en la comunidad campesina de Caricari, perteneciente al distrito de Mañazo, en el departamento de Puno. Para llegar a ese lugar, se tiene que salir a la carretera que pasa por la parte alta de la ciudad de Puno, en el camino a Yanamayo, tomar cualquiera de los dos viejos colectivos que salen de lunes a viernes de 6 a 6:30 de la mañana, para luego de dos horas de camino accidentado llegar a Mañazo. Desde ahí para llegar a esta comunidad de extrema pobreza enclavada a mas de 4,200 metros de altura son dos horas más de recorrido a pié.

Así como este lugar son miles las comunidades con difícil acceso, y que necesitan intervención estatal, y que mejor solución, en esta época donde faltan lugares de reclusión, y escasea lasegurida, que ubicándolos en estas partes altas de difícil acceso, en regiones con problemas de extrema pobreza. De esta manera los recluidos podrían laborar contribuyendo en su desarrollo, y gracias a un contrato previamente acordado se les pueda retribuir ya sea con dinero obtenido o rebajando sus penas. Trabajo que podría ser coordinado entre los gobiernos locales, las comunidades, el Gobierno Regional y el Ministerio de Justicia. Como el acceso a esos lugares es complicado está en parte garantizada la seguridad, por lo que los recintos a edificar no significarían grandes desembolsos de dinero.

Menciono dos ejemplos para aplicar esta idea: cerca de Caricari pasa un gran canal de concreto construido por el PELT, (Proyecto Especial del Lago Titicaca), pero no beneficia a las comunidades. Con la ayuda de las personas recluidas se podría hacer canales que lo conecten con las comunidades y volver productivas la tierra, y así los pobladores de esta zona dejarían de vivir dependiendo solo de la comercialización de la bosta de la vaca, tan dañina para la salud y sobretodo de la población infantil que es la mas afectada.

Otro caso donde se puede aplicar es en el sector salud. Solo entre las regiones de Huancavelica, Apurimac y Ayacucho, son mas de 30 centros de salud con infraestructura en pésimas condiciones, ubicados en su mayoría en las zonas rurales de extrema pobreza y de difícil acceso y lo que es peor, construidos sobre suelos de mala calidad, por lo que casi todos están colapsados. Si a esto le agregamos, una arquitectura no acorde para las bajas temperaturas, proyectada desde Lima, con material de cemento, mayólica y con grandes ventanas, resultan sendo lugares mas fríos que si fueran de adobe, que es con lo que están hechas las construcciones de la zona, por lo que los niños muchas veces empeoran en vez de curarse cuando los llevan en emergencia a estos lugares.

Con un centro de reclusión equidistante a estos poblados, se podría capacitar a las personas recluidas para que se vuelvan productivas y contribuyan con el desarrollo local. El primer proyecto, podría ser la construcción de modernos centros de salud de adobe, acorde a las temperaturas de estas tres regiones con poblaciones en extrema pobreza. Bajo la atenta supervisión y coordinación de los organismos involucrados.

Si hay algo que rescatar del gobierno de Belaunde, eso fué Cooperación Popular, donde los barrios, comunidades o distritos sabiendo lo que ellos necesitaban, luego de acuerdo de sus asambleas, solicitaban del Estado materiales y apoyo técnico para sus obras, muchas de ellas productivas, colaborando con su mano de obra, de esta manera contribuían con su propio progreso. Con la participación de las personas recluidas ubicadas en estas zonas altoandinas se podría aplicar este sistema de cooperación, y de esa manera contar, con una participación de una población que tendría con esta labor comunitaria, un buen comienzo para su reintegración a la sociedad

Creo que ahora con la decisión y el interés, puesto por este gobierno en su compromiso con la inclusión social, se puedan crear las condiciones, para una mayor participación en las decisiones de la población de escasos recursos, para proyectos que contribuyan con su desarrollo y las vuelvan sociedades productivas, y no que la mayoría de proyectos vengan de arriba hacia abajo, sin una idea exacta de cuales son sus verdaderas necesidades, quizás por ser lugares enclavados en lugares con lugares de difícil acceso, adonde no llegan ni los políticos ni los técnicos que tiene la ultima decisión.

Como lo mencionó Gonzáles de Olarte, hace casi treinta años: “ver a las regiones como un espacio social, definido por el conjunto de relaciones sociales y cuyas dimensiones son otras que las del territorio geográfico donde se desarrolla”. Solamente esta manera de comprender el problema regional permitirá integrar coherentemente los diferentes aspectos que las componen, tales como la seguridad y la inclusión social.

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