martes, 15 de marzo de 2011

Por: Anatxu Zabalbeascoa



Predicar con el ejemplo es lo que han hecho los Hardy. John Hardy vivía en Canadá haciendo joyas de plata hasta que, en 1975 viajó a Bali. Impresionado, decidió quedarse y, tras hacerse un nombre como orfebre conocer a su mujer, Cynthia, ambos empezaron a pensar en cómo podían devolver algo de cuanto habían recibido de esa isla. Decidieron levantar una escuela, un lugar donde enseñar a proteger los lugares. La idea de los diseñadores era contruir un edificio que mostrara el camino para valorar lo propio y evitar la deforestación de Indonesia. Y el camino consistió en enseñar a varias comunidades de Bali a vivir de manera sostenible.


El matrimonio recurrió a lo que había en el lugar: lo que la población sabía hacer y lo que podía allí crecer. Comenzaron a trabajar con artesanos locales en la descontextualización de esos saberes: en lugar de tejer cestos iban a ser capaces de levantar colegios de caña y bambú. El resultado de esas clases mutuas es la escuela Green (verde), el primero una serie de centros similares.

La escuela está hecha de bambú. Y es el modelo para futuras construcciones en la zona. El objetivo de los Hardy es trabajar con ese material, una plantación invasora que crece rápidamente y, a la vez, plantarlo al mismo ritmo al que se va utilizando. Es decir, hacer de él un material sostenible.

Más allá de ofrecer semillas de bambú a los agricultores locales (habituados a trabajar el arroz) para que comenzaran a plantarlo, los diseñadores contactaron con la empresa PT Bambú, especializada en construir con ese material. Fue esa firma la que construyó su escuela-laboratorio que se extiende a ambos lados del río Ayung a su paso por Sibang Kaja, en Bali.

El colegio está enclavado en medio de una jungla donde las especies autóctonas conviven con las plantaciones de bambú. En ese marco, la escuela genera la energía que consume en el laboratorio y las aulas con paneles solares y otros acumuladores. Con varias aulas, biblioteca, un gimnasio y una cafetería, la Green School es un anuncio vivo. Está fabricada íntegramente con bambú crecido de manera sostenible por los agricultores de la comunidad y quiere convertirse en ejemplo de lo que se puede llegar a hacer con los materiales, la tradición y los conocimientos de un lugar.

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